"No puede haber, no debe haber
en todo el universo una ciudad
más clara, una
ciudad más linda
que la
mía, con aire de paloma
y de guitarra".
Gaspar Benavento
Desde
tiempo inmemorial en estas tierras vivían los indio
minuanes, cuyo asentamiento se cree duró hasta mediados
del siglo XVIII. Su desaparición y paralela ocupación
en forma irregular por otros grupos, en las cercanías
del Cerro La Matanza, rememora la cruenta lucha por
subsistir de los minuanes contra los españoles. A
partir de 1870 estos grupos se fueron trasladando
a un sector más próximo a la zona de riachos, estableciendo
allí un Oratorio.
Ya en 1824, había sido determinado el alcance del
éjido Municipal y en el año 1831 se promulgó el decreto
que cambiaría su nombre original La Matanza por Villa
Nuestra Señora de Arnazazú, o simplemente Victoria.
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